03 diciembre 2010

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Cuando saltas, cuando ríes, cuando juegas...

Cuando cantas y dices que toque un "inssstumento", porque de mayor vas a ser estrella de rock, y que tú tocarás la guitarra y yo el piano...

Cuando me haces trastadas y parece que seas hija de un pulpo, por la cantidad de cosas que me puedes liar en menos de un segundo. Que digo yo, que parece que tengas 30 dedos en las manos...

Cuando duermes, y sueñas, y hablas en medio de la noche. O pides agua y te muestro dónde debes apoyar la cabecita luego, para que no te caigas de la cama. Y vas, y tú me haces caso en medio de un profundo sueño...

Cuando entonas "¡¡Papi, papi, papi, papi...!!", esperando que yo te diga "¡¡hiji, hiji, hiji, hiji...!!" y así reírte, con esa sonrisa gamberra que derrumba cualquier cosa que tengas enfrente...

Cuando te pregunto: "¿Quién es mi calabacita?", y tú en medio de una gran risa me contestas "¡Yo!"

Cuando en medio de tu mundo empiezas a cantar y yo me quedo escuchándote... y si te acompaño me dices "desde el principio"...

Cuando intento enseñarte dónde debes poner la lengua para decir la letra "R" y te ríes porque te hace gracia...

Cuando te estoy bañando y me montas la mundial cuando llego con la esponja al cuello, porque es imposible pasártela sin que retuerzas de la risa. Llenando así el cuarto de baño con tus carcajadas...

Cuando te acompaño a ver los dibujos y si algo te hace gracia nos miramos y espetamos un "¡pfff!", que lo dice todo...

Cuando juegas a chincharme... o haces de jefa explicándome lo que te debo decir... ¡Y que no me equivoque!

Cuando me dices: "El juego de la araña consiste..."

"Consiste"... ¿Qué haces tú con esa y otras palabras?... ¡¡Si son más grandes que tú!!

Cuando me dices "¡Papi!" y al mirarte me guiñas un ojo, esperando que yo te devuelva el gesto sin que te diga nada más...

Cuando me camelas al verme más cabreado que un mono, porque encadenas una trastada tras otra, y me dices:
- Papi...
- Qué...
- Ven, que te quiero decir una cosa...
Y yo, en medio de mi "fritura" y sin pensar en otra cosa te digo - A ver, qué...
- Que te quiero mucho...

Cuando te digo: "Que me tienes frito, frito... ¡¡FRI-TO!!... ¡¡más que las patatas!!... ¡¡más que las croquetas!!...¡¡más que un lagarto puesto al sol y que los pimientos!!...¡¡más que el pollo frito!!... ¡¡FRI-TO!!"... Y tú no paras de reír, y de reír, y de reír...

Cuando te pregunto: "¿Y tú cuándo te vas a echar novio, hija?", y me sonríes a la vez que me dices: "Este papiiiii..."

Cuando me dices: "Para que te enteres... Papi".

Cuando sin saberlo, me levantas el ánimo...
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.
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Cuando llegaste...

Hace ya 4 años.

Cuando me enseñaste lo que se puede llegar a vivir el presente.


¡¡FELICIDADES, ENANITA!!

21 julio 2010

Lenguaje cinematrogáfico infantil

- Daniela... ¿sabes cómo se llaman esas letras que salen al final de las pelis?
- No...
- Pues se llaman "títulos de crédito"... a ver, dilo tú.
- Emmmmh... Tito que di tito...

01 mayo 2010

Axioma D

- Mañana, el domingo, será jueves...

(dicho un viernes)

26 abril 2010

¿Qué es el cerebro?

- ¿Ahora nos toca a nosotros, papá? - preguntó Daniela con un batido de frutas en la mano.

- Ya nos queda poco, hija. Anda, échale batido al "bicho", que ya sabes que no le gusta mojarse.

Del "bicho" no conocemos su forma ni el color que tiene, pero si sabemos dos cosas; una: es lo que a Daniela le hace toser, y dos: cada vez que el "bicho" recibe un líquido, se asusta dentro de Daniela, poco a poco va saliendo de su cuerpo y le deja tranquila al cabo de unos días.

El "bicho" odia el agua, y cuando Daniela tiene catarro, le echamos agua encima y se va rápidamente de su cuerpo mientras grita: "¡¡Ay, ay, que es agua!!...¡¡Yo me voy de aquí!!".

Vale. Es la nueva trola que me he inventado para que Daniela se infle de agua cada vez que tiene catarro... pero, qué queréis, funciona.

- ¿Cuándo nos toca, papi?
- En un ratito Matilde nos llama... Veeenga, terminate el zumo que acabemos con el "bicho" de una vez.

Un ratito después, salió una mujer con bata blanca de detrás de una puerta que dejaba paso a una madre con su hija, y leyendo una lista, pronunció el nombre de Daniela. Daniela me miró y se bajó de la silla de la sala de espera con un pequeño saltito y el poco batido que le quedaba en la mano. Daniela entró en la consulta con alegría y saludó a Matilde.

Matilde es quien le ha quitado el miedo a Daniela. Con su trato, su cariño y sobre todo, el escucharla, ha conseguido que el pavor que Daniela le tenía a los médicos, haya desaparecido. Y en una sesión, ¡flipa!

Y allí tenía a mi enena entrando en la consulta delante de mí, sin que yo tuviera que cogerle de la mano o auparla. Y la veía tan tranquila cómo se sentaba en una de las sillas que quedaba por delante de la mesa de Matilde que me dije, "voy a dejar que sea ella la que le cuente lo que le pasa" (por lo de la autonomía y tal).

- Hola Daniela, nos vemos otra vez, ¿verdad? - preguntó Matilde.
- Sí.
- ¿Qué te pasa?
- Pues verás, es que, es que,... me duele la "gaganta"...
- ¿Sí?
- Sí... y, y tengo tosss...
- ¿Has tenido fiebre?
- Eeeem... ¡no! - dijo mientras daba un sorbo al batido.

Matilde me miró y me dijo que la desnudara de la cintura para arriba. Le dije a Daniela que nos teníamos que bajar de la silla y subirnos a la camilla, y que dejara el batido en la mesa de Matilde, que luego le seguiría echando batido al "bicho". Daniela obedeció pero quería informar a Matilde de una cosa muy, pero que muy importante.

- Eeeh... verás, el zumo tiene vitaminas para el... para el... cerebro.
- ¿Sí? - dijo Matilde con cara de asombro - ¿tiene vitaminas para el cerebro?
- Síiii... claro...
- Oye, Daniela, ¿y qué es el cerebro?
- Eeeeemmm... los pies fríos.

Matilde y yo nos miramos y nos reímos mucho por la respuesta que nos había dado casi sin pensar. Y Daniela también se empezó a reír. Tanta gracia le hizo a Matilde, que abrió la puerta que daba a una consulta contigua y avisó a Antonio, el DUE que trabaja con ella para contarle lo ocurrido. El hombre, que es otro encanto con los niños, estuvo un rato jugueteando, haciéndole preguntas a Daniela y ella se lo pasó pipa, al ver que todos le hacíamos tanto caso y que le escuchábamos.

Cuando terminamos la consulta, Matilde le dijo a Daniela:
- Adiós, Daniela. Ha sido un placer, de verdad.

Y Daniela le dijo adiós y se despidió mandándole un beso. Cuando salimos del centro de salud, le dije que se había portado muy bien y que había sido muy buena. Y ella me dijo:

- Mañana, si quieres, venimos otra vez a ver a Matilde, ¿vale?.

Sólo se me ocurre decir: Gracias Matilde. Gracias Antonio. Estas cosas hacen que crea más firmemente en la música.

Y sobre todo: Gracias Daniela... eres mi música.

24 abril 2010

DRAE - D

C

Cacostra:
[nom., fem., sing.] Castaña pequeñita que sabe hacer murales y cosas diferentes.



J

Jo-to:
[nom., masc., sing.] Otra cosa pequeñita que sabe hacer murales... también.

21 abril 2010

Pedir un deseo

¿Cómo explicas a una niña de 3 añitos lo que es un deseo?... complicado, y más si su tiempo es presente...

- Mira, Daniela, ¿sabes qué es esto?
- Emm, sí - dijo ella, como siempre.
- ¿Sí? ¿qué es?
- No lo sé - dijo ella desviando la mirada, volviendo a acusar la prisa con la que siempre afirma.
- Pues es un "diente de león"... ¿y sabes que se hace con un diente de león?
- Emmm... no...
- Con un diente de león debes pedir un deseo y luego soplar, ¿sabes lo que es un deseo?
- ¿Un deseo?... No.
- Un deseo es algo que quieres que pase, por ejemplo, a lo mejor quieres ir al parque y dices: "quiero ir al parque", soplas fuerte al diente de león y se te cumple... o a lo mejor dices: "quiero pintar con colores", soplas muy fuerte al diente de león y cuando salga todo volando, se cumple, pasa... - viendo que la cosa se complicaba, opté por tirar del futuro, -bueno, posiblemente ahora sea un poco complicado para ti. ¿Quieres pedir un deseo y soplar al diente de león?
- Sí, sí, claro.
- A ver, ¿qué deseo vas a pedir?, tiene que ser antes de soplar, ¿vale?
- Vale...
- ¿Qué deseo quieres pedir?
- Emmmmm... quiero soplar.

18 marzo 2010

Bruno

Ya llevaba tiempo avisando.

- Un día de estos me véis por aquí.

Ante su impaciencia, sus padres siempre le decían lo mismo, "espérate un poco, no tengas prisa, ya tendrás tiempo de venir y estar aquí..."

Pero Bruno tenía muchos sueños que cumplir. Muchas cosas que ser. Aviador, motorista, astronauta, atleta... siempre pensaba en llegar el primero. Y tenía que llegar el primero.

Dos meses antes.

Y así sucedió. Una madrugada de diciembre, desde lo más dentro de su madre, habló.

- Ya estoy aquí.
- ¿Ya?
- Sí, ya... quiero ver de dónde viene la música, los olores, tocar cosas suaves, ásperas, rugosas... sentir vuestra piel, saborear... ¿qué es una pelota Mamá?...
- Ya, Papá - avisó su madre.
- ¿Ya?, pero... pero, ¿ya?
- Que no sabe qué es una pelota, dice...
- ¿Que no sabe qué es una pelota...?
Y su madre asintió con una mirada aterradoramente tranquila.
- Está bien. Vamos allá. - dijo su padre.

Tras un terremoto de algunas horas, Bruno pasó a llenar una ropa que le estaba esperando desde hace meses. A regalar su presencia a los que tenía cerca. Derramando su ser por todos los rincones de la habitación...

Y aquí está, queriendo ser el primero en todo, hablándole al mundo a los ojos.

Y aunque un poco tarde: ¡¡Bienvenido, Bruno!!

12 febrero 2010

Lingüistica infantil (estos mayores están locos)

- ¿Qué es eso Papá?
- ¿Eso? Un plato de ducha.
- ¿¿Un plato de ducha??
- Sí. Un señor lo hizo y dijo: "Vamos a llamarle 'plato de ducha'"
- ¡Aaah!
- Bueno, pero yo te preguntaba que qué querías merendar.
- ¡Mmmmh! ¡Un plato de ducha!