30 julio 2009

El señor de la bata verde (o como Daniela se caga en alguien por primera vez)

Tras un tiempo de parón, muchas son las preguntas que van creciendo en mi cabeza, sobre todo a nivel de Daniela, por ejemplo:
  • ¿Cómo crecen los monstruos y fantasmas en la mente de Daniela?
  • ¿Cómo entra el miedo en su persona?
  • ¿Cómo una niña de 2 años y 5 meses adquiere el concepto de "cagarse en alguien"?

El pasado mes de mayo, debido a los numerosos episodios de otitis que Daniela estaba teniendo, tuvimos que operarla de vegetaciones y ponerle unos drenajes en los oídos.

La llegada al hospital quedó marcada con un "aquí no" que dejaba entrever que Daniela iba a un sitio que no era de su agrado, porque sabía que de alguna forma la iban a putear.

En la sala que nos metieron para ponerle el pijama hospitalario, Daniela se mostraba asombrosamente tranquila, hasta que hizo su aparición una enfermera que hizo que la cara le cambiara por completo. La señora, para tranquilizar a la niña, le soltó unos cuantos piropos, le dio unos juguetitos que tenían por allí y le dijo que era su amiga, que "los malos" eran los de verde. Ella no se lo creyó mucho, pero al ver que la señora se volvía a ir, se volvió a tranqulizar.

Hasta que hizo su aparición el señor de la bata verde, que se la llevó detrás de unas puertas típicas de hospital y tomó cuerpo nuestra preocupación.

Al cabo de media hora, salió la doctora indicándonos lo que le habían hecho y cómo debíamos proceder en las horas posteriores a la intervención. Siendo una de las instrucciones el evitar darle el chupete por el tema de la succión. Así que Vicky y yo decidimos terminar con el chupete de una vez.

Cuando Daniela se despejó un poco más de la anestesia, pidió el "tete" y le dijimos que el señor de la bata verde se lo había llevado. Asíntió y se volvió a acurrucar con su Mamá.

Cuando volvimos casa, ya por la noche, volvió a pedirlo, pero le volvimos a recordar quién se lo había llevado.

Así pasaron algunos días en los que la pregunta y la respuesta eran la misma, pero Daniela prefería quedarse sin "tete" antes que volver a ver a tiparraco que le había hecho daño en la mano (por el gotero) y en la boca.

Días después, celebramos con vítores y aplausos la primera caca que Daniela hacía en el orinal y ella se puso muy contenta.

Y por la noche, a la hora del baño, cuando estaba secando a Daniela y repasando el día con ella (ejercicio que recomiendo para reforzar su memoria y el concepto de tiempo) se me ocurrió preguntarle:

- Oye, Daniela... y la caca que has hecho esta tarde en el orinal, ¿a quién se la dedicas?

Y sin pensárselo, casi esperando a que yo terminara la pregunta respondió:

- A señó e a bata vede...