18 marzo 2010

Bruno

Ya llevaba tiempo avisando.

- Un día de estos me véis por aquí.

Ante su impaciencia, sus padres siempre le decían lo mismo, "espérate un poco, no tengas prisa, ya tendrás tiempo de venir y estar aquí..."

Pero Bruno tenía muchos sueños que cumplir. Muchas cosas que ser. Aviador, motorista, astronauta, atleta... siempre pensaba en llegar el primero. Y tenía que llegar el primero.

Dos meses antes.

Y así sucedió. Una madrugada de diciembre, desde lo más dentro de su madre, habló.

- Ya estoy aquí.
- ¿Ya?
- Sí, ya... quiero ver de dónde viene la música, los olores, tocar cosas suaves, ásperas, rugosas... sentir vuestra piel, saborear... ¿qué es una pelota Mamá?...
- Ya, Papá - avisó su madre.
- ¿Ya?, pero... pero, ¿ya?
- Que no sabe qué es una pelota, dice...
- ¿Que no sabe qué es una pelota...?
Y su madre asintió con una mirada aterradoramente tranquila.
- Está bien. Vamos allá. - dijo su padre.

Tras un terremoto de algunas horas, Bruno pasó a llenar una ropa que le estaba esperando desde hace meses. A regalar su presencia a los que tenía cerca. Derramando su ser por todos los rincones de la habitación...

Y aquí está, queriendo ser el primero en todo, hablándole al mundo a los ojos.

Y aunque un poco tarde: ¡¡Bienvenido, Bruno!!