02 septiembre 2008

Adiós, tete, adiós

Lo hemos hecho... somos crueles. Primero se lo damos y luego se lo quitamos.

Quien se había convertido en su mejor amigo nocturno, compañero de cuna, se fue.

- ¡¿Tete?!
- Se ha ido con otro nene, hija.
- Nene... - asentía ella.
- Otro nene que no sabía dormir.
- "Omí".
- Se ha ido para ayudarle.
- "Aual-le".
- ¿Sí?
- "Zí"

Ayer, aprovechando la nueva etapa que se le presenta con el cambio de guarde dentro de 15 días, decidimos despedirnos del tete. Y no podemos decir que el vicio fuera grande, ya que sólo se lo ponía al dormir la siesta y al irse a la cama. Y al despertarse, le decíamos que el tete debía descansar, que había trabajado mucho esa noche. ¡Si hasta lo arropábamos y todo!

- ¡Sssssshhh!... el tete está durmiendo
- Tete. Omí. ¡¡Ssssshhh!!

Pero la cosa se estaba tornando un tanto jodida. Más que nada, porque cuando veía el chupete, sacaba la lengua y gritaba: "¡¡Teteeeeee!!"

En la siesta no tuvo opción de pedirlo, ya que estuvimos todo el día y buena parte de la tarde "cansándola". Cayó fulminada en la cama de Mamá y Papá después de hacer salto libre y llevarse un "cosqui" en la cabeza.

El dilema llegaba por la noche. Aprendió de la tarde y sabía que podía permitirse ciertos caprichos. Pero al final y tras varias explicaciones, localizamos al tete en la boca de otro nene en la India.

Ante este tipo de cosas sólo cabe actuar como Disney: "Todas las desgracias son accidentes naturales" (bueno, lo de Mufasa yo lo llamaría "excepción").

Ha pasado una muy buena noche y sólo ha "piado" (como le decimos nosotros) una vez acordándose de él. Pero se ha calmado enseguida y se ha vuelto a dormir.

Podemos decir que Daniela es una campeona, y nos ha vuelto a demostrar que tiene mucha fuerza. Y por otro lado, debemos aplaudir el esfuerzo que está desempeñando con este cambio, que sin duda sabemos que le está costando.

Ánimo, hija. Ya queda un empujoncito.

25 agosto 2008

Música

Llevo tiempo dándole vueltas a un pensamiento: Los niños son como la música. Hay que saber escucharla. Sin prisas.

13 enero 2008

Pasito, pasito, pasito...

Hoy, a pesar de que el día no ha comenzado muy bien, Daniela nos ha ofrecido hace un ratito una de sus perlas que hace que recuerdes la verdadera importancia de las cosas.

Vicky y yo estamos viendo que le está costando un poquito "soltarse" a andar, para moverse pide que le des el dedo y así ella se va moviendo a su antojo. Pero hoy, al llegar de dar una vuelta, le hemos dicho que íbamos a andar y hemos puesto en marcha el proyecto "¡suelta el dedo, niña!".

Nos hemos puesto en la alfombra, hemos despejado el camino de juguetes boicoteadores y Vicky se ha puesto en un extremo y yo en otro. Y así, con un poquito de constancia (bueno, pesadez, vaaaaale), Daniela se ha prestado al juego de pasarnos juguetes entre Vicky y yo, y ella ir a recogerlos en los brazos de quien los tenía. Ella solita. Sin ayuda.

"Un paso, otro, otro... venga, venga... otro... venga... ooootro... ¡Bieeeeeeen!"

Daniela se lo ha pasado pipa, y Vicky y yo hemos disfrutado de lo lindo. Ahora se abren nuevos horizontes para nuestra "enana". Y nosotros mejoraremos nuestros reflejos.

Váis a ver con que sonrisa de tontos se van hoy a la cama estos padres primerizos.

05 enero 2008

Antonia

- Ahora estamos solos, Antonia. Debes venir conmigo - dijo Antonio.
- ¿Ahora?
- Ahora. Créeme, es el mejor momento. Todos están avisados. De una manera u otra ya lo saben. - dijo Antonio con una sonrisa y acariciándole la cara.
- Pero... si es año nuevo. ¿No es una fecha algo,... no sé, algo "rara"?
- Ja, ja, ja. - rió Antonio como en él era habitual, apoyado en sus muletas y con la mandíbula hacia arriba - ¿Y no se te ocurre mejor forma de empezar el año?... Ja, ja, ja... ¡Qué mujer! ¡Esto no tiene fecha, Antonia!
- Entonces,... ¿ya?
- Ya.

Antonia miró a su alrededor y suspiró mientas hacía una discreta encogida de hombros.
- ¿Has visto que día más bonito? Está aquí tu bisnieta. - dijo con un brillo en los ojos mirando a su marido
- Es una preciosidad. Todos los días la veo. - le dio un beso en la frente y la miró a los ojos - ¿Estás lista?
- Ay, Antonio, ¿y yo qué sé?...
- No va a ser nada, en serio.
- ¿Y así voy a ir?
- Antonia, allí no hace falta nada de lo que hay aquí. Vámonos. - Agarró con fuerza la mano de su esposa, la miró a los ojos y sonrió transmitiéndole toda la serenidad del mundo.
- Vámonos. - dijo ella, devolviéndole la sonrisa.
...
...
...
...
...
- ¿Sabes, Antonio? - comentaba mientras veía cómo se alejaba de su pueblo.
- ¿Qué?
- ¡Hay una de picón en la leñera...!
- ¡Ja, ja, ja...! - reía Antonio - ya ví, ya.
- El hombre del picón, que era un granuja, me decía: "Venga, mujer, si esto no pide pan". Y a ver... pues como no come pan... - y mientras terminaba de decir la frase, se tapaba la boca y reía, - a ver qué hacen ahí abajo con tanto picón.
...
...
...
...
...
...
...
- Antonio. ¿Y qué vamos a hacer mañana?
Y guiñándole un ojo, Antonio, su marido, dijo: - Mañana, como siempre hemos hecho, al mediodía, yo seré quien te sirva el vinito. Que ya tenía ganas de ponértelo yo, Antonia.